sábado, 4 de octubre de 2014

JUERNES

Salgo del metro a las once de la noche y todos los locales están llenos de gente en mi barrio; la pizzería, más parecida a un parque de bolas por la edad media de quienes abarrotan el local, la terraza de la cervecería, incluso el restaurante griego, que una semana sí y una semana no alterna la imagen del vacío con el lleno total. ¿Qué hacen todos con bermudas, si yo estoy congelada y llevo una chaqueta con forro de borrego? ¿Acaso se han vuelto locos? ¿O más bien se trata de foráneos que vienen pensando que aquí hace calor todo el año?

Camino por la acera echando de menos el teletransporte que me haría ahorrarme horas y horas de esperas de metro y autobús, mientras miro de reojo a los despreocupados padres que a esas horas tienen a sus niños en la calle y no durmiendo. ¿Nos hemos vuelto locos o qué? Pero cuidado si dices algo, que te echan en cara que te metas donde no te llaman, mientras los tiernos infantes destrozan tus tímpanos con sus berridos. 

Me cruzo con dos muertos vivientes con los signos de la heroína en sus rostros, cuerpos consumidos que caminan solos, sin voluntad, buscando las sombras y huyendo de los demás transeúntes, con los surcos de las lágrimas secos hace tiempo... Y los veo alejarse, agarrados del brazo, compañeros de viaje hacia la muerte. Siento pena; quién sabe que les llevó a eso. Y me subo el cuello de la chaqueta, porque siento un escalofrío que recorre mi espalda. 

Es jueves, pero parece viernes, porque el jueves es el nuevo viernes, para la gente que busca cualquier excusa para salir. Y yo, ¿Qué pinto a estas horas caminando por las calles, alejándome del bullicio, soñando con estar ya en casa? Solo soy una sufridora más del metro, que se empeña en tardar una hora desde la consulta de mi psicóloga, entre paradas innecesarias y esperas interminables. La gente ríe en esta noche de jueves, que se empeñan en convertir en víspera de fin de semana y yo solo quiero llegar y relajarme. Mañana será otro día. Mañana será viernes y se repetirán las escenas de hoy, tal vez con otros rostros.